Casino y Buceo, a apenas una hora de distancia.

Allá por febrero, un par de compañeros de Máster se aventuraron a pasar 7 horas en un Arosa (hoy conocido como "La Bala Roja") rumbo a Madrid, tras realizar un examen de Oceanografía de Costas. Os dije que acabaría pronto el examenen, cuando apenas me conocíais, y así fue, acabé pronto y me tocó esperar a Helena, esa chica de clase con la que apenas había tenido trato (o sí pero no mucho), con un acento un poco extraño, casi canario. Si pasas 7 horas en un coche con alguien acabará pasando 2 cosas, y eso lo hablamos, o acabábamos quieriéndonos o nos odiábamos. La cosa al final fue bien. Fue tan bien que estoy pasando el verano compartiendo el piso con esa chica a la que apenas conocía, y que ahora conozco casi como si la hubiera parido (o cagado, como dirían algunas, si mal no recuerdo), y por ahora no nos odiamos. El caso que entre muchas otras cosas, durante esas 7 amenas horas de chachara, acordamos ir algún día al casino, porque nunca habíamos ido y nos apetecía. Tras semanas diciendo de ir, ayer llegó el día. También logramos engañar a Patri y Mer para que nos acompañaran, y cuando digo engañar consiste en decir "¿te vienes al Casino?" y que te respondan "Vale", sin ningún tipo de coacción. El caso es que como novatos en esto, pensamos que deberíamos ir arregladitos. Yo he tardado semanas en conseguir que me prestaran unos zapatos después de preguntar a todo macho que se me pasaba por delante. El caso es que sí, nos arreglamos, algunas tardaron un concierto de Pereza en prepararse, pero viendo el resultado la espera mereció la pena:

Dos de mis tres acompañantes.

Eso sí, por muy señoritas que pareciesen, no dudaban en colocarse las bragas sin pudor alguno como un palpueblo (vocablo que acabo de inventar) cualquiera. IEJEEEEE!!!. Donde hay confianza...
Tras esto, siendo ya tarde, fuimos a la parada del bus para ir en busca de Mer, nuestro cuarto componente y chofer. Y cuando tienes una cámara, una espera y personas algo alocadas, acabas haciendo fotos... interesantes. He omitido algunas por su alto contenido... no apto para cardíacos. Os dejo sólo estas dos porque me hacen gracia:

Helena en un intento de autofoto frustrado por los del fondo (y no me refiero a ese grupo de 3 chicas y un chico de clase, ya sabéis a quienes me refiero)

Esta foto valdría para una campaña publicitaria de moda... ¿no?

Cuando llegamos a casa de Mer dimos buena cuenta de algunas de las bebidas que comercializan sus hermanos, aunque algunos dimos más buena cuenta que otros. Os dejo las fotos, que no hace falta explicarse mucho más:

¿A que os da envidia?. Pocas veces te besan dos mujeres tan guapas a la vez.

Foto artística cortesía de Helena. Creo que cualquier comentario está de más.

¡¡¡SALUD!!!

Luego bajamos por el ascensor (sí, es una información interesantísima), como queda reflejado a continuación:

Lástima que no se quedara bloqueado el ascensor y empezara a hacer mucho calor.

Luego nos fuimos en el coche al Puerto de Santa María, y tras dar muchas vueltas porque alguien al que prefiero no nombrar por educación y respeto nos dijera mal la ubicación, me digné a preguntarle a un policía. El hombre, muy puesto en su trabajo, me indicó muy bien: "gira usted allí a la izquierda, en el segundo semáforo gira a la derecha, dejará un parque con árboles a mano izquierda. Luego verá las indicaciones de la N-IV, la coge dirección Jerez, vas por una avenida llena de rotondas, todo recto, hasta el final , pasado el Carrefour hay una rotonda con muchos toros y un puti llamado La Hacienda, allí ya te indican donde está el casino". Todo es cierto, incluso lo de La Hacienda. (NOTA: llevo un rato intentando quitar la cursiva de este párrafo y no lo consigo. ¡¡¡Al carajo!!!. Y creo que seguirá así hasta al final. Paso de complicarme).

¡¡¡Ámonoh!!!

Juas juas juas, Jose está preguntando a un policia y nosotras nos hacemos una foto.

Y al fin llegamos:

Estoy tan extasiado rodeado de tanta mujer y tanta bonita que no puedo ni abrir los ojos (o que me dejó así el flash).

¡ALA! ¡Baños de un casino! (no he querido poner la foto de cierta persona sentada en la taza)

Y como no nos dejaron meter la cámara, os comentaré. Lo primero fue entrar, y como 4 catetos en una ciudad, nos reunimos en corrillo para pensar: primero a por fichas. Luego... a por una copa. Recuerdo un brindis emotivo que me dijo Helena, decía algo así como que se nos ha cumplido el pequeño sueño de ir a un casino, pues que se nos cumpla todos nuestros sueños. Que así sea. Yo por lo menos lucharé por ellos (realmente ya estoy en ello). Luego conversamos con la cámarera, luego con un cuprier, y a observar. Nuestra primera impresión es que no había mucha gente, nuestra segunda, que no hacía falta arreglarse porque los había en zapatillas (vaya 4 catetos). La gente con un buen puñado de fichas y nosotros con 4 cada uno, en total 10 euros (para los que no saben matemáticas cada ficha era de 2,50 euros). Tras mucho mirar, Helena se fue a mirar en otro lado y cuando volvió me pregunta medio indignada: ¿ya estás jugando?. A lo que respondo: ESTAMOS. Y eso, pues que si negro o rojo, par impar... yo tuve una pequeña racha. Jugué al Negro por las bragas de Helena (eso le pasa por pasearse en ropa interior por casa, lo cual os dará envidia) y gané. Luego tuve mi palpito: jugaré al 5, 6, 8 y 9 porque el 6 y el 8 son los que más salen en el Catán (en teoría). Pues.... salió 6!!!, y aunque uno quiso quitarme mis fichas, yo las pedí y acabé con 25 euros en la mano. Pero al final me pudo la codicia y en vez de retirarme con 15 euros de ganancias me los pulí, y salí con los 10 con los que entré. El resto... pues Mer palmó, Helena sacó 3 o 4 fichas de beneficio (su mente fría y calculadora evitó lo que mi mente alocada e impulsiva logró con mis ganancias del "palpito de Catán") y Patri se sacó una ficha de beneficio tras caer en bancarrota y ser apoyada económicamente por Helena y yo. He de decir que también ideé la jugada de la 13-14 y la del 31 con 30, 28 y 29. Estos números me resultan importantes: 31 es el día de mi cumple y el de Helena (por cierto, salió el 31 cuando no jugamos en él); 29 el del cumple de mi hermano, 28 lo dice muchas veces mi madre: mamá quiero un perro... a lo que responde ¡28!; y el 30 pues pasaba por allí. Está jugada me hubiera dado beneficios pero sólo tocaba cuando yo no apostaba. Por cierto, había varios apostadores compulsivos que plagaban la mesa de fichas y era normal que de vez en cuando ganaran.

Y dejando ya el casino de lado (aunque volveremos cuando nos den alguna Beca), luego me engañaron y estuvimos en el Barrabás (sé que se llama Barabás, pero me mola más Barrabás) bailando o algo así hasta las 5 y media.

¡¡¡Esos cuerpos Serranos!!!

¡¡¡Sexys!!!

Y de la noche nada más que se pueda contar (o se deba), yo me lo pasé en grande, y espero que las bellezas que me acompañaban también (últimamente estoy muy adulador o piropeador, no sé si esto es algún sintoma de algún tipo de enfermedad mental).

Y tras llegar a casa a las 6, a las 7 un servidor estaba en pie, sin ayuda del despertador, para ir a bucear. El viaje fue en compañía de uno de los jefazos del departamento, un hombre que con 45 años ya es catedrático, y el cual está cansado de tanta burocracia y por eso no está "al pie del cañón" en cosas de ecología. La verdad que tuvimos conversaciones interesantes, y eso a pesar de que yo sólo llevaba una hora de sueño encima. Como había confianza, le adevertí al Instructor, Manu, de mi estado, y se reía. Ja ja, esta juventud, que viene a bucear durmiendo una hora tras una noche de juerga (aunque me limité en el consumo de alcohol porque no es bueno para bucear) y yo que duermo 8 horas y me cuesta. Paramos a desayunar en una venta de carretera y le tocó a Manu preparar los cafés porque la camarera no sabía (algo interesante). Luego llegamos a Tarifa, preparamos los equipos y al agua. Lo cierto es que a pesar de sólo aguantar 30 minutillos en el agua me ha gustado mucho la inmersión por varias razones. He aprendido que cuando bajas a altas profundidades tienes que economizar aire, procurando llenar el Jacket con el aire residual de tus pulmones. También he aprendido a controlar mi flotabilidad, aunque me haya saltado la parada de seguridad de 3 minutos porque no tenía apenas aire y flotaba demasiado y de intentar mantenerme abajo me daban tirones en la pierna... así que para arriba y ya está. Como de costumbre, una vez arriba escupí sangre y me soné mocos de sangre, un mal menor que me ocurre siempre que buceo. Lo único malo fue que mi cámara palmó y sólo pude hacer 2 fotos, y una de ellas mala. Os dejo la buena:

Perdí la oportunidad de fotografiar varias morenas, algún nudibranquio y muchas cosas mal, pero para esto tendré que volver. Por cierto, alcancé la cota de 36,4 metros, lo cual es algo serio en esto del buceo.
Una vez fuera, mi jefe de tesis, que venía a hacer el curso de iniciación, me comentó que xxxxxxxxxxx xxxxxxxxxxxxxCONFIDENCIALxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx. Sin querer ser pelota, porque sé que lee mi blog de vez en cuando, le agradezco el detalle. Y aprovecho para retirar todas las cosas malas que digo a sus espaldas, como que me tiene explotado, contando plantitas, midiendo almejitas y todo eso, y otras que prefiero no decir para que no se enfade (¡¡¡que no!!!, que no me quejo tanto ni te critico, que con ese trabajo que me quieres ofrecer no puedo decir cosas malas de tí). Dios, a parte de piropear a las chicas, me he vuelto un pelota que te cagas, ja ja, debe ser a ese transtorno de la personalidad con tendencias bipolares que me auguró Fernando y que hace que yo lea mi propio blog para reírme.

Pues nada, dejo de enrollarme, que aparte de no haber dormido siesta, bueno, un rato en el coche de Lucas (el jefazo del departamento) dando cabezadas y otro en el tren, llevo ya gran parte de la tarde cociendo este entretenido texto para vuestro disfrute. Estoy rayado porque no consigo quitar la cursiva, pero ya la dejaré, porque no quiero mermar más mi mente débil y cansada.

Por cierto, Helena me ha dicho que piense en qué hacer de cena y no doy para más, así que seguramente tiraremos del chino, haciendo el esfuerzo (bueno, realmente no es un esfuerzo, porque se merece eso y más) de invitarla para que no se enfade conmigo.

Y antes de que se me olvide, esta noche Alberto toca con su grupo aquí al lado de casa, y luego hay fiesta de despedida de Patri que se nos va a Puertollano, a pasar lo que queda de verano sin playa ni pescaito frito. Por lo tanto, me voy a echar un ratillo para recargar mis energías.

PD: en un alarde he quitado las dichosas cultivas, metiéndome en la edición de HTML (algo de Frikis), así que no os preocupéis que no me invento las cosas, pero he dejado los textos que hacían alusión a este problema porque... sí.

PD: apuesten al 18 negro, sale sospechosamente demasiado.