Visita de mis progenitores (VI). Cuernos Chuecos en La Petatera.
Eran las fiestas de Manzanillo (que duran sólo 20 días), y en el recinto ferial se encontraba ubicada la plaza de toros de “La Petatera”, tan famosa que llegó a ser la protagonista de un documental de Discovery Chanel. Y alguno se puede preguntar el porqué de su fama, pues simplemente porque es una plaza portátil realizada con madera y en la cual no se emplea ni un solo clavo para montarla. Todas las uniones están realizadas con amarres y nudos, y a pesar de su aparente precariedad, soporta hasta el pataleo conjunto de todos los asistentes a la plaza. Esto del pataleo es un acto muy usual en cada espectáculo, con el cual se pretende demostrar la consistencia de la plaza.
Pues para disfrutar al 100% de tal maravilla de la ingeniería, mis padres y yo fuimos a ver unos rodeos en dicha plaza. Se suponía que el show empezaba a las 7, pero se demoró una hora, y la gente empezaba a enojarse, pero al fin comenzó el espectáculo.
Era un concurso de “Rodeos Americanos”, en el que competían mexicanos, estadounidenses, un brasileño (que terminó ganando) y creo que 2 puertorriqueños. Mi madre y yo sospechamos que la chica que estaba sentada delante nuestra era la novia de uno de los participantes, porque cuando dicho participante salía a competir esta chica empezaba a chillar como una posesa, y 100 personas nos quedábamos perplejos mirándola, y ella a lo suyo: siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!! Vamoooooooooooooooooooooos!!!!! Uuuhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!
Lástima que su novio no pasó ni de la primera ronda, aunque eso vino bien para mantener la integridad de nuestros tímpanos.
Bueno, pues para amenizar la espera, un hombre que no tenía piernas empezó a bailar en el centro de la plaza, y después fue saludando a los concursantes mientras estos se preparaban; a uno se le apareció por debajo de los huevos, ja ja ja.
Luego vino el rodeo en sí, donde los concursantes, agarrándose con una solaq mano a una cuerda que rodeaba el torso del toro, tenían que aguantar 8 segundos encima de éste para puntuar, y luego los jueces decidían la puntuación. Lo más gracioso de todo erqa verles calentar, hacían los movimientos arrítmicos y contundentes que se hacen encima del toro, pero sin toro, parecían gilipollas, pero era algo importante para no lastimarse.
Bueno, pues tras todo el rodeo y la parafernalia que le seguía, vino una demostración de “Jaripeo”. El Jaripeo es una versión de los rodeos típica de México, y difiere de los rodeos de los iuesei en que, mientras los gringos se agarran con una mano y no usan espuelas, los chicanos no se agarran con las manos sino con 2 espuelas que clavan en el toro. La exhibición, de un joven de no más de 17 años fue IMPRESIONANTE. Imaginaros un cuerpo con los brazos al aire sacudido por la tremenda fuerza del toro, y el chaval lo hizo tan bien que el toro se cansó y dejó de convulsionarse y patalear. La verdad es que nos lo pasamos en grande, y tanto los rodeos como el jaripeo nos dejó una grata sensación.
Os muestro también una foto de cuando estuvieron desmontando la plaza, para que veáis su estructura interna.
Pues para disfrutar al 100% de tal maravilla de la ingeniería, mis padres y yo fuimos a ver unos rodeos en dicha plaza. Se suponía que el show empezaba a las 7, pero se demoró una hora, y la gente empezaba a enojarse, pero al fin comenzó el espectáculo.
Era un concurso de “Rodeos Americanos”, en el que competían mexicanos, estadounidenses, un brasileño (que terminó ganando) y creo que 2 puertorriqueños. Mi madre y yo sospechamos que la chica que estaba sentada delante nuestra era la novia de uno de los participantes, porque cuando dicho participante salía a competir esta chica empezaba a chillar como una posesa, y 100 personas nos quedábamos perplejos mirándola, y ella a lo suyo: siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!! Vamoooooooooooooooooooooos!!!!! Uuuhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!
Lástima que su novio no pasó ni de la primera ronda, aunque eso vino bien para mantener la integridad de nuestros tímpanos.
Bueno, pues para amenizar la espera, un hombre que no tenía piernas empezó a bailar en el centro de la plaza, y después fue saludando a los concursantes mientras estos se preparaban; a uno se le apareció por debajo de los huevos, ja ja ja.
Luego vino el rodeo en sí, donde los concursantes, agarrándose con una solaq mano a una cuerda que rodeaba el torso del toro, tenían que aguantar 8 segundos encima de éste para puntuar, y luego los jueces decidían la puntuación. Lo más gracioso de todo erqa verles calentar, hacían los movimientos arrítmicos y contundentes que se hacen encima del toro, pero sin toro, parecían gilipollas, pero era algo importante para no lastimarse.
Bueno, pues tras todo el rodeo y la parafernalia que le seguía, vino una demostración de “Jaripeo”. El Jaripeo es una versión de los rodeos típica de México, y difiere de los rodeos de los iuesei en que, mientras los gringos se agarran con una mano y no usan espuelas, los chicanos no se agarran con las manos sino con 2 espuelas que clavan en el toro. La exhibición, de un joven de no más de 17 años fue IMPRESIONANTE. Imaginaros un cuerpo con los brazos al aire sacudido por la tremenda fuerza del toro, y el chaval lo hizo tan bien que el toro se cansó y dejó de convulsionarse y patalear. La verdad es que nos lo pasamos en grande, y tanto los rodeos como el jaripeo nos dejó una grata sensación.
Os muestro también una foto de cuando estuvieron desmontando la plaza, para que veáis su estructura interna.
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