lunes, 25 de enero de 2010

I am painting.

Aunque me he propuesto dedicarme a pintar todos los lunes y miércoles después de trabajar, hoy he llegado un poco tarde y además tengo que preparar unos papeles para pedir la ayuda al alquiler que mañana iré a entregar con un compañero del trabajo, conocido como Hurry... (¿el sucio?,¿Potter?...). Por eso, y a modo de excusa conmigomismo, pondré la evolución de ese cuadro que empecé la primavera pasada en Cádiz, y en el cual estoy ahora volcado, esperando tenerlo hecho en 3 o 4 sesiones más. Como ya os conté en su momento (pinchar aquí para recordar) me presenté a un concurso de pintura rápida, pero... ¿a quién quiero engañar?, si llevo 3 años o más para acabar un cuadro de barcas para el cumple de Emma, y ya de otro que empecé de un ángel para una amiga de mi madre ni quiero hablar. El caso es que ahora tengo intención de acabarlo, y os muestro y comento lo que hice en poco más de una hora.

Cuadro antes de meterle mano.

Cuadro manoseado.

Básicamente, y por si algún ojo poco crítico no se ha percatado, lo que he hecho es terminar de rellenar a groso modo el cuadro, añadiendo las puertas del edificio, cambiando el color de éste, añadiendo a modo de bocetos los coches que hay en la calle, metiendo más verde en la copa del árbol, estropeando un poco el tronco y metiendo brillos en la calle. Por ahora más o menos la cosa va bien. En las próximas sesiones me plantearé meterle a gente sentada leyendo o hablando, pero eso casi que me lo tendré que inventar porque no lo tengo fotografiado...así que... todo se verá.

Y por otro lado ya estoy medio-trasladado de laboratorio. Ahora hemos pasado de estar en 2 laboratorios a 5, con la consecuente lucha de poder por tener los mejores equipos, equipamiento y materiales, ya que la lucha por los mejores compañeros la ganó Hurry, y también el estrés que genera mover cosas de un lado para otro, estrés que yo no he sufrido ni padecido. También ahora he pasado de tener un cajón para guardar mis cosas a tener ocho, sí, ocho, y no sé que más meter (no piensen mal) para llenarlos. Entre otras cosas, y aprovechando el desorden, he conseguido una gravilla de nivel 2 (semitransparente, las de nivel 1 son opacas y no te mareas al trabajar con ellas), un frasco para mi agua destilada de alta calidad (antes me dedicaba al hurto), unas cucharillas de estas para echar poca cosa normalmente empleadas en las balanzas de precisión, y alguna cosa más que no puedo decir por motivos de seguridad.

Y... no sé si se me olvida algo, y no lo sabré hasta dentro de un rato o nunca, así que concluyo aquí, aunque si me acuerdo y no me aperreo intentaré conseguir alguna foto de la mudanza de laboratorio.

jueves, 7 de enero de 2010

2009. Año de inflexión.

Como esta es mi primera entrada del año, quiero hacer un balance de lo que fue para mí el pasado año y, si me siento inspirado, de mis propósitos o planes para el presente año. El año pasado fue como un renacer, un cambio de rumbo, una gestación de algo grande. Antes del comienzo del 2009 ya tenía planeado un gran cambio, abandonaría un puesto de trabajo sin aspiraciones, sin motivaciones y en el que básicamente me sentía como un objeto para poder llenar los papeles necesarios en la seguridad (o, mejor dicho, en las inspecciones de seguridad) dentro del ámbito de la radiactividad; además, la ineficacia, estupidez e incompetencia tanto de mis jefes como de alguno de mis compañeros me iba quemando más y más. Por aquel entonces yo me sentía inútil, estancado, como un espermatozoide que está dentro de un testículo totalmente formado y con ganas de realizar su función: crear una nueva vida. Mi objetivo, realizar un Máster en Oceanografía en Cádiz. El porqué, porque era la única manera que tenía de salir del agujero, de retomar la actividad académica y de poder enfocar mi porvenir hacia la investigación. Recuerdo perfectamente mi casi último día de trabajo, porque una gran nevada cayó en Madrid y al final no fui a trabajar, pero me tiré 4 o 5 horas en el coche para recorrer no más de 10 kilómetros. Al día siguiente (si mal no recuerdo) me dirigí cuan espermatozoide hacia la matriz, en busca de un óvulo, hacia el lugar donde generaría una nueva vida: Cádiz.

De mis primeros días en Cádiz, recuerdo que me llegué a sentir feliz por estar en clase en una explicación de ondas o mareas o algo así, de la asignatura de oceanografía de costas (quien me iba a decir que acabaría hasta los... de las clases, pero bueno, está bien empezar con buen espíritu). También recuerdo esos primeros días de clase en los que me sentaba con Laura y Mercedes, y ese momento de... ¿poca lucidez?, ¿falta de saber estar?, ¿naturalidad?... en el que le pregunté a Laura si veía porno (Mercedes recuerda mucho mejor su cara que yo). Luego las cosas fueron cambiando poco a poco. Uno va buscando aquel hueco en el que se siente mejor, un lugar donde asentarse y reciba todo lo que le hace falta, como hace la mórula al implantarse y generar una placenta. Mercedes encontró un medio de transporte cómodo y barato: Helena. Se rumorea que le habló por primera vez en la cafetería porque sabía que disponía de coche. Por lo tanto, los viajes a la facultad se hicieron más cómodos y amenos, en compañía de Chus, Mercedes y Helena, y de vez en cuando algún inmigrante. A dicho inmigrante recuerdo verle llegar tarde a clase, y no sé por qué supe que llegaría a llevarme muy bien con él, Danieu. Realmente podría decir una gran cantidad de cosas de las que recuerdo, pero creo que voy a tener que abreviar por el bien de todos. Esas primeras semanas, con el buen ambiente de compañerismo que reinaba en clase (sobretodo hacia los no de ciencias del mar, con Carlos(t) y sus explicaciones de la marea y la bahía de Fundy), un clima algo frío, un compañero de casa algo amigable y un aluvión de nuevas experiencias. Después la cosa se fue asentando, aunque lo de asentar es un decir, porque entre las clases, el trabajo de laboratorio, los catanes, las pizzas, las playas, las cervezas, Lost, conciertos, festivales, pros, y una gran cantidad de cosas más, a uno no le daba tiempo de pensar, era siempre actividad, durmiendo poco, aprovechando el tiempo al máximo, desarrollándose, disfrutando, pasándolo en grande.... INCISO: hasta aquí, este texto fue escrito el día 7 u 8 de enero, pero la dejadez ha hecho que no lo retome hasta hoy, día 12, por eso quiero informar de que puede sufrir algún cambio de enfoque a partir de este punto. FIN DE INCISO... Pues eso que hasta más o menos septiembre, el embarazo, perdón, el año fue genial, y justo cuando más cómodo me encontraba, al igual que le debe ocurrir a cualquier bebé antes de nacer, alguna fuerza misteriosa me hizo salir. En mi caso esa fuerza es algo misteriosa pero tiene un nombre que la identifica: la suerte. ¿Suerte? Sí, esa suerte que hizo que tras pasar unas semanas de indecisión, en las que me planifiqué mi futuro inmediato (trabajando en Madrid, para luego viajar un mes por México y para después esperar a que me saliera algo en la universidad de Cádiz) y de repente me llaman para trabajar en Granada, para realizar una tesis doctoral para la cual solicité una beca que casi descarté porque quedé 4º de la lista. Así que de repente, tocó salir, parir, ver la luz, comenzar otra nueva vida, empezar a ganarse el jornal ejerciendo una profesión para la cual llevo años formándome y en la cual al menos estaré otros 4 años formándome, aprendiendo, pensando, investigando, descubriendo cosas que antes me eran ajenas (como la PCR). Lo malo es que el parto tuvo sus complicaciones, unas provenientes del propio proceso de gestación (la escritura de una tesis de Máster gestada, trabajada y realizada en Cádiz) y otras ajenas a éste. Por eso tuve que estar unos meses concentrado, sacando todo adelante, la tesis, el trabajo, la casa, mi salud mental... y para más inri (no sé porque se emplea la supuesta inscripción del supuesto salvador supuestamente hijo del supuesto señor todopoderoso en estos casos, pero yo lo dejo ahí) en el trabajo la cosas no salían, y como para bien o para mal soy demasiado responsable, esto mermaba mi moral. Pero bueno, tras estos meses de incubadora, aislado, superando adversidades, cogiendo fortaleza, pues ya me siento algo más liberado, con ganas de hacer muchas cosas, de empezar a disfrutar seriamente de esta nueva etapa que me ha tocado.
Así que, resumiendo un poco, tras un año en el cual encaminé mi vida hacia donde yo quería, la investigación, conocer a mucha gente con la cual seguiré manteniendo la amistad durante el resto de sus vidas (porque yo soy inmortal), y sufrir de nuevo otro cambio de residencia (y de vida) me espera una temporada que auguro muy fructífera en todos los ámbitos, con grandes proyectos y aventurillas que supongo que iréis conociendo si me seguís aguantando (y leyendo) como hasta ahora. Por lo pronto, como propósitos para este año, solo me he propuesto perder algo más de peso y terminar la gran cantidad de cuadros que tengo encargados, más muchos otros que decorarán mi humilde hogar o el hogar de muchos guiris que visitan la Alhambra cuando hace buen tiempo. Es mejor no ponerse muchos objetivos, porque ya irán surgiendo nuevos propósitos e inquietudes.
Y poco más que decir, ahora, y como hace mucho que no lo hago, pondré un listado de apuntes sin orden aparente porque... porque sí:
  • cuando regrese a mí la inspiración fotográfica empezaré a plagar esto de estupendas fotos
  • no se puede hacer arroz a la cubana si no tienes arroz, en su defecto te puedes hacer unos macarrones a la cubana
  • es bueno tener una linterna en casa, por si se va la luz
  • aunque parezca que no, se puede tardar más en desmontar una estantería fea, antigua e inútil que en montar una práctica y cómoda mesa del Ikea
  • ya sé lo que és un PCR, y también quienes son los reyes magos (ambos secretos me los ha desvelado un compañero de trabajo)
  • por mucho que pasen los años todo sigue igual: en mi trabajo aprovechan la mínima para decir Vaselina e insinuar que XXXXX toma viagra, o tiene pollas de plástico y todo ese tipo de cosas que seguramente haya provocado el abandono de más de una becaria de dicho grupo de trabajo
  • en Cádiz también siguen las cosas igual a pesar del paso de los años: Mercedes y Alberto van a la Punta, Helena no come paella de Mercedes recién hecha, Danieu sigue como guía nocturno (ahora para un público más familiar, ja ja ja), Carlost sigue siendo malo al Pro (aunque no se demostró), y le dejé ganar al tenis, y en el Alhambra (aspirante a sustituir al insustituible Catán) les dí un buen repaso; Carlost y Elena me siguen acogiendo en su hogar, Patri sigue tomando vino, Chus sigue tan guapa como siempre, mi bar... no pude verlo por culpa de la lluvia
  • todo ese rollo del embarazo y cosas de esas que he metido en el texto lo tenía pensado desde hace mucho, porque casualmente he estado 9 meses en Cádiz (como si estuviera gestando una nueva vida), pero por causas del destino no pude escribirlo antes. Por cierto, espero que le guste a uno de mis más devotos admiradores: el padre de Mercedes (de cuyo nombre no me acuerdo)
  • en mi trabajo ya no soy el nuevo
  • mi jefe ya sabe que para cobrar tuve que enviarle una carta al presidente del CSIC, al secretario, a los de Recursos Humanos y a no sé cuanta más gente. Casualmente realizaron el ingreso el mismo día que les escribí. En recursos humanos de aquí del Zaidín ya me he creado cierta fama. "El que no llora no mama".
  • ¡Coño! ¡Son casi la una de la noche!, ayer hasta las 2 jugando a la PS3 y hoy hasta la una escribiendo, se me está yendo de las manos
  • no os he dicho nada de mis vacaciones navideñas, las cuales fueron de descanso por Madrid, con algún día de sierra, algunos de vicios (me ha tocado otro juego de mesa, el tercero ya, en unas jornadas en las cuales no hubo torneo de Catán, lo cual me parece fatal), casi un parto (Claudia decidió salir de Maricruz un día después de que yo me viniera para Granada), una nochevieja... un poco excesiva (de exceso, por mi parte, ¡maldito tequila!)

Y hasta aquí puedo escribir, que se me hace tarde y, como de costumbre, empiezo a degenerar (mierda, si alguien de mi trabajo siguiera mi blog podía hacer una gracia en este punto, pero hasta ahora sigo la recomendación de Fernando de no decir nada a mi jefe hasta que no vea que soy trabajador y responsable).

Buenas noches, y hasta más ver.

La sierra de Madrid, el día de Navidad.