martes, 22 de mayo de 2007

Las vivencias de mi madre (I).

Bueno, pues para crear más confusión en la linealidad temporal de mis relatos, os muestro lo que mi madre ha escrito hasta el momento:

Por fin, después de tanto trajín, nervios, llego el día en que iniciamos el viaje a Manzanillo, México, para visitar a nuestro hijo.
Voy a contar un poco la historia de la preparación del viaje. Mi hijo, marcho a Manzanillo el día veinticinco de Enero, con el fin de hacer una investigación de corales, apoyado por una pequeña beca universitaria.
El ha terminado la carrera de biología, hacer esto es para ampliar conocimientos.
Yo trabajo en el aeropuerto Madrid Barajas, en una empresa de seguridad, cuya da servicio a los vuelos Americanos. Una compañera me comento el procedimiento a seguir, para que me saliera mas barato mi billete. Seguí los pasos que correspondía. Después de eso saque el billete a mi marido, normal, porque a el no le podían hacer lo que a mi, al no trabajar para la compañía aérea. A los pocos días de sacar en billete, me entero que yo estoy en stambay, hay fue cuando empezaron los nervios. Esto significa que si hay asiento disponible viajo y si no lo hay me quedo en casita.
Hable con mucha gente conocida que trabajan en el aeropuerto, la mayoría, por no decir todos, me aconsejaron que esperara a las aproximación de la fecha que había elegido para volar, fuese preguntando de vez en cuando como iba el vuelo y si veía muy complicado, pues entonces me sacaría el billete normal, como el de mi marido. La diferencia de uno a otro es que el mío me costo muy económico, cuando el de mi marido no. El ahorro me ha servido para gastármelo en ese MEXICO LINDO, pues es verdad que es precioso, a mi me ha dejado como si estuviera en una nube.
Por lo contado, lo conseguí, pero he de decir que he pasado unos días un poco alterada.
Estamos volando con la compañía Delta vuelo 109, con destino Atlanta, luego en Atlanta tomamos otro vuelo para México y allá, tomaremos un autobús hasta Manzanillo que es donde se encuentra nuestro hijo.
He de decir que agradezco ha un chico, por cierto Mexicano, que trabaja para la compañía Delta, el cual me mantuvo informada de como iba el vuelo. Me tranquilizaba ya que me decía que no me preocupara, que para ese día no iba a tener problemas. El pobre me tuvo que aguantar ya que de vez en cuando, le hacia preguntas acerca de las dudas que me surgían, chaval muchas gracias por todo.
Esta mañana no ha tenido que sonar el despertador, pues ya estaba despierta, antes de que sonara. Tras ducharme, tomar café, vestirme, peinarme y pintarme hemos salido de casa, sobre las siete y veinte. Nuestros otros dos hijos, maravillosos, uno casi poli y el otro casi mecánico de aviones, nos han llevado al aeropuerto.
Después de saludar a mis compañeros, facturar las maletas, hemos ido los cuatro a desayunar. A continuación, tras despedirnos de nuestros hijos, hemos pasado el control de pasaporte y nos hemos ido a la puerta de embarque, aunque antes hemos comprado unos encargos.
Me llaman por megafonía, pero no estoy ya que me encuentro en el baño. Es para darme el billete, de esta manera se confirma de que vuelo. Aunque antes de todo eso, ya había escuchado por radio que todos los stambay volaban.
Bueno, ya subidos y sentados, en el avión, el piloto nos da todas las explicaciones oportunas y nos desea un feliz vuelo.
Mis compañeras, entre ellas una apreciada amiga, cortan el trafico de la pista para dar salida al avión, cosa que yo también hago cuando me toca.
El avión se pone en marcha, era mi primera vez que volaba, y es fascinante pues me ha encantado la experiencia y me gustaría repetirla mas a menudo.
Alas doce y media nos ponen la comida, ensalada y elegimos pechuga de pollo asada con salsa de hierbas, acompañada de palitos de zanahoria, judías verdes y dados de patatas asadas, pan, mantequilla, galletas saladas, queso y de postre galletas de jengibre y café con leche. Antes de todo esto, nos ofrecen algo de beber y nos dan una bolsa de panchitos, de los que se comen.
Dos y quince tenemos ,distancia del viaje 1.058 mi, velocidad en tierra 713 Km/h, distancia recorrida 1.709 Km., temperatura en el exterior -25 grados y altitud 33.001 ft. Cuatro y veinte, velocidad en tierra 823, distancia recorrida 3.363, temperatura en el exterior -27 grados y altitud 10.971.
Cuando llegamos a Atlanta, tuvimos que esperar para que saliera el siguiente avión, con destino MÉXICO. Una vez allí tomaríamos el autobús con el destino final deseado MANZANILLO.

Día 21-04-07

Después de doce horas, de viaje, en camión, autobús para nosotros, llegamos a la estación de autobuses de Manzanillo. Bajamos del autobús y lo primero que ago es buscar con la vista a mi hijo, pero no lo veía, es que resulta que allá, no dejan entrar a los que no viajen, al ande, de donde paran los autobuses, de ahí que no lo veía. Cuando lo halle cerca de nosotros mi alegría fue completa, aunque el viaje fue muy largo, por un hijo se va, aunque sea, al fin del mundo.
Mi hijo esta guapísimo, ha dejado algo de peso y está morenito, o sea, que es un morenazo todo bueno. Me abrase a el y le di los besos que me dejo.
Salimos de allí y tomamos un taxi, hasta donde vive mi hijo. Nos pusimos fresquitos y fuimos a estirar las piernas. Nuestro estupendo guía, mi hijo, nos muestro los alrededores de donde vivía, nos enseño donde compraba, varios supermercados, estuvimos comiendo, como no los famosos tacos, nos pedimos uno cada uno y estaban estupendos. Lo del picante es a elección, pues ponen las salsas, individualmente, y el que quiere se hecha la que pica y el que no, pues no. Aparte de las salsas ponen, limón y sal gorda, siempre y los frijoles. Luego esta la cebolla, el guacamole, cilantro... nos lo comimos enterito acompañado de refresco y cerveza el que quiso. Tras quedar satisfechos, de la primera comida mexicana, fuimos a la playa. La pena es que había marea roja y el mar estaba muy sucio y había olas grandes. Ese día no nos bañemos, sintiéndolo mucho. Mi hijo nos dijo que era peligroso y que había algunos remolinos, por lo que me dio un poco de miedo. Tampoco había nadie en la playa, solo nosotros.
Bueno como el baño no fue posible, estuvimos andando un poco por la playa y luego para casa. Llegaríamos a las cinco y media, mas o menos, nos sentamos en el sofá y acabamos tumbados, uno en cada uno. Ya antes, mi hijo, nos aconsejo que nos fuéramos a la cama, pero no le hicimos caso y nos quedamos sobados, a los pocos minutos casi sin darnos cuenta. Cuando abrir los ojos, eran las nueve y pico, lo primero que vi fue a mi hijo recogiendo la ropa tendida y doblándola. Entonces le dije, ole mi hijo trabajando y su madre tumbada en el sofá durmiendo, tiene huevos el asunto.

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