domingo, 26 de septiembre de 2010

VACIONES EN MÉXICO. 2ª PARTE: MÉXICO D.F.

La puerta se abre, doy un paso, y otro, y otro más. Miro alrededor. Mi angustia crece, no reconozco a nadie, incluso temo no reconocer a mis anfitrionas. Mi rostro refleja tristeza, producto del cansancio, hambre y la angustia de encontrarme solo. De repente, detrás de una persona, aparece un rostro angelical, sonriendo, ¿o riéndose de mí?, era Paola, ¡menos mal!. Mi rostro cambia y ahora sonrío, y me acerco a ella para saludarla como se hace en México: chocas la mano, das dos saltos con los pies juntos, giras 90º a la derecha y luego otros 90º a la izquierda y le das un beso en cada mejilla, otro en la frente y uno en cada mano. ¡¡¡NO!!!. Es broma, en México sólo se da un beso para saludar a alguien, en la mejilla si no es tu pareja y donde quieras si sí lo es. En mi caso fue en la mejilla. (NOTA: a los no españoles que lean esto, en España se dan dos besos para saludar). Todo esto de lo de que salí triste pero luego me alegré al ver a Paola no cuento porque a ella le encanta contar esa historia, diciendo que salía yo con una cara muy triste y cuando ella se asoma me cambia totalmente. Creo que lo hizo a posta para reírse un poco de mí (cosa que hace muy habitualmente).
Pues tras cambiar mis euros (no todos) a pesos y dejar mi equipaje en el departamento de Paola fuimos a cenar. ¿Y qué me apetecía cenar?. TACOS. Tacos de la calle. En México no conciben la idea de que existan lugares donde no hayan puestos callejeros de tacos, pero hay muchísimos países donde no los tienen. O mejor dicho, México es el único o de los pocos que los tienen. Así que allá fuimos, en mitad de la noche, donde la oscuridad y el silencio sólo era interrumpido por un gran ajetreo y barullo que se formaba en torno a un puesto de tacos. Lo que más me gusta de estos sitios, a parte de la comida, es el ambiente jovial y distendido que se respira. Los jóvenes cocineros no hacen más que reir y meterse amistosamente con un señor algo mayor que se encarga de despachar las bebidas y de mantenerlas frías en una cubeta con bloques de hielo. La gente come tacos, plato en mano y de pie. Además, cuando fui a pagar el cobrador empezó a simular que toreaba al señor de los refrescos porque otro chaval le estaba poniendo los cuernos. Estos mexicanos están locos.
Tras una noche de no dormir muy bien, a la mañana siguiente fuimos a ver las trajineras de Xochimilco, que vienen a ser como las góndolas venecianas pero en mitad de una zona seminatural al sur de México D.F., con capacidad para unas 20 personas, las cuales disponen de 20 sillas y una gran mesa donde pueden comer, beber o hacer lo que quieran. Yo desconocía totalmente de la existencia de estas trajineras, por lo que visitarlas y montarme en una de ellas fue una grata sorpresa para mí. Además, en los aledaños del canal por el que van hay algún que otro negocio: florísterías, sitios para comer e incluso una tienda de abarrotes (similar a las tiendas de "los chinos" españolas) en la cual vendían souvenirs e incluso ajolotes. ¿Y qué son los ajolotes?. Pues según me contó el amable trajinero (señor que lleva la trajinera) son unos anfibios que sólo viven en esas aguas de los canales y lagunas de Xochimilco y que se caracterizan porque son capaces de regenerar sus extremidades. Me resulta chocante que siendo una especie endémica se comercialice, o más que chocante... sospechoso. También te puedes encontrar puestos ambulantes, es decir, trajineras con bandas de mariachis que cobran seguro que más de 100 pesos por canción (yo no lo llegué a comprobar a pesar de su insistencia), trajineras con vendedores de flores, de maiz asado (elote para los mexicanos) y no sé cuantas cosas más.

La venta ambulante de Xochimilco.

Sí, como se aprecia en la imagen, estas trajineras se mueven con un palo de madera largo, grueso y pesado; y puedo asegurar que es muy cansado de llevar, por lo menos para alguien sin práctica, como es mi caso (la foto que me tomaron pilotando una trajinera no la tengo todavía en mi poder, pero cuando la tenga a lo mejor la muestro). Hay gente que para salir de su casa, ya sea para ir a trabajar, hacer la compra o incluso ir a la escuela, tienen que utilizar estas trajineras, son como sus coches, pero más respetuosos con el medio ambiente, tanto a la hora de construirlas como a la de utilizarlas. Interesante... se puede hacer caprichoso el poder decir que tienes que ir en barca a trabajar.

Un palo grueso, largo y pesado. Esa es toda la tracción necesaria.

Después de esto estuvimos en Coyoacán, que es un barrio del DF que tiene aspecto de pueblo, y en este aspecto es donde radica su atractivo: encontrarse un pueblo o zona casi rural en mitad de una de las ciudades más grandes del mundo. También se caracteriza por su tianguis (que es lo mismo que decir mercadillo) y por tener la típica plaza mexicana con su iglesia y su... no me acuerdo del nombre, pero es una estructura metálica con techo donde pueden ponerse bandas a tocar, maldita mi mala memoria o desconocimiento. En esa plaza es donde Paola me insistió en buscar un sitio donde comer un chile que preparan con una salsa donde el ingrediente principal son granos de granada, y debido a esto es un plato de temporada (como ocurre aquí en España con las torrijas, los mantecados, el turrón y los roscones de reyes). También he de indicar que en ese momento es donde Paola empezó a cuidar demasiado de mí e iba todo el rato diciendo "¡Aguas!" para avisarme de que había un escalón o bache y que tuviera cuidado de no hacerme nada en la pierna.
Y tras la visita de Coyoacán, comer ese chile con granada y andar un poco más, nos encaminamos al departamento de Paola para echarnos una siesta. Después de ese descanso más que justificado, nos fuimos a tomar unas chelas (cervezas) a un lugar cercano al departamento de Paola.
A la mañana siguiente, sábado 28 de agosto (para que se sitúen temporalmente), fuimos a visitar el castillo de Chapultepec, que ahora sirve como recinto de exposiciones. Este castillo se ubica en lo alto de una pequeña colina dentro del Bosque de Chapultepec, que viene a ser como la Casa de Campo de Madrid pero ubicado en el centro de la ciudad, como el Central Park de Nueva York (que yo sólo conozco de las películas y de un juego de Spiderman de la ps2 que está ambientado en una muy bien recreada ciudad de Nueva York). Y así como la Casa de Campo, el Bosque de Chapultepec tiene su parque zoológico, su lago, su parque de atracciones y su parada de metro, además del ya mencionado castillo y otras atracciones tales como puestecillos tipo rastrillo donde venden gran variedad de cosas, ardillas (que hace mucho que no las veo por Madrid). También existe una zona donde los Voladores de Papantla hacen su espectáculo, pero en esta ocasión no los llegué a ver. Una vez que llegamos, a pie, a lo alto de al colina, estuvimos descansando en la entrada del castillo mientras escuchábamos con atención la interesante historia reciente de México narrada por un joven profesor de historia que llevaba a 4 o 5 de sus alumnos de excursión. A él le debo conocer a grandes rasgos dicha historia, que básicamente consiste en que Maximiliano de Francia gobierna y se subleva el pueblo desde 4 frentes, uno por cada punto cardinal, siendo los del este y oeste más "para los terratenientes" y los del norte y sur (Pancho Villa y Emiliano Zapata) más "para los trabajadores de la tierra". El caso es que al final se acaban matando los unos a los otros y creo que termina en el poder Benito Juarez (para más información acudir a otro sitio que no sea yo). La verdad que el tío se curró la explicación, haciendo que algo tan pesado como la historia fuera ameno. Además, la exposición trataba sobre la idependencia y la revolución mexicana, ya que el 15 de septiembre fue el bicentenario y centenario respectivamente de ambos eventos tan importantes para el país.

Un par de modelos posando. Al fondo el Bosque de Chapultepec y el "skyline" de la ciudad.

Fragmento de una pintura mural. Las pinturas murales abarcan una o más paredes enteras.

Después de visitar casi en su totalidad el castillo, comer en uno de los numerosos puestos del Bosque de Chapultepec y echarnos una merecida siesta en el departamento de Paola, fuimos por la tarde-noche a cenar fuera, con un par de amigos de Paola. Fuimos a un sitio donde ponían hamburguesas de carne de avestruz, pero al final me convencieron para comer carnaca en tacos e hincharme a chelas (uno es débil), pero estuvo bien, eso de conocer la gente y costumbres de otros lugares siempre resulta interesante.
El domingo íbamos a madrugar para ir a Tehotihuacán, y digo íbamos porque Paola no hacía más que pedir 10 minutos más una y otra vez, pero al final logró levantarse y prepararse para irnos de excursión. Yo le recomendé llevar calzado cómodo, porque sé cómo es Teotihuacán, estuve hace 3 años. Una vez en la entrada, sufrí cierta discriminación por ser inmigrante. El señor (o señora, no lo recuerdo) de la puerta preguntó que si éramos mexicanos, y mis dos acompañantes, Paola y su mamá, dijeron que sí, pero yo saqué mi orgullo español a relucir y dije que no, que yo era español. ¡¡¡ZAS!!! "Pues te toca pagar la entrada, los mexicanos entran gratis". Lo peor de todo es que a pesar de ser el único de los 3 que pagó entrada, de ser el único que no era de mexicano y que ni siquiera vivía en el DF, a sólo una hora en autobús de este centro arqueológico, fuí yo el que se encargo de guiar y explicar las cosas que veíamos a mis acompañantes. Lo bueno es que a pesar de lo que ha llovido desde que lo visité, me seguía acordando de lo que había en cada lugar. Por cierto, ahora que dije lo del autobús, para llegar a Teotihuacán me subí a uno en el que una mujer me cacheó, menos mal que era bajita, fea y llevaba dos kilos de maquillaje en la cara, si no me hubiera puesto algo nerviosillo.
Bueno, y como ya en su momento puse fotos y explicaciones del lugar (volver a mirar AQUÍ), pondré un par de fotillos brevemente explicadas:

Una araña (momento frikibiólogo), en la varandilla de una de las pirámides de la Ciudadela, que por cierto, en la Ciudadela es donde está la pirámide más antigua y mejor conservada.

Paola y su mamá. Ambas dos se metían conmigo, discriminándome aún más.

Al final no subimos a ninguna de las pirámides porque estaban atascadas de gente, es lo malo de ir un domingo, y también porque esa tarde a las 6 (si mal no recuerdo) había quedado para ver una obra de Teatro con Félix, que es un mexicano con el que estuve trabajando un mes en Granada. Es el típico mexicano que echa de menos el picante y si le das dos botes de salsa de chile habanero (el que más pica) se los come en un fin de semana echando salsa en un trozo de pan y todo para dentro. DOLOOOOOOOR. PICOOOOOOR. La verdad es que ya que estaba en el DF creía que era conveniente hacer el esfuerzo de verle, y mereció la pena. Estuvimos Paola, yo, Félix y su ¿esposa?, ¿novia? (ayer unas chicas del trabajo me crearon esta incertidumbrem porque yo creía que era su esposa). La obra de teatro me encantó, iba sobre la lucha entre campesinos y terratenientes, las diferencias sociales y alguna que otra cosa más. Después estuvimos tomando unas chelas y platicando. Y... no sé, no sé que más decir al respecto, simplement fue una tarde-noche tranquila y agradable.

Ya siendo lunes, y con la posibilidad de que los museos no abrieran, Paola decidió llevarme a ver el campus de la UNAM, la universidad más prestigiosa de iberoamérica, y cuyo campus central (Ciudad Universitaria, pero ciudad de verdad, con 5 líneas internas de autobuses) fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2007. Dicho campus se caracteriza por tener unos amplios espacios verdes y enormes pinturas murales adornando sus edificios, siendo algunas de ellas de Diego Rivera, esposo de la famosa artista Frida Kahlo. Aquí os dejo un par de fotos de los edificios o motivos que más me impactaron.

No sé qué edificio es, pero me gustó la pintura de la fachada.

Biblioteca Central.

Y no recuerdo en cual facultad entramos, pero Paola se encontró con su mejor amiga del cole, o del insti, vamos, de lo que en México llaman "la prepa". El caso es que debido a este encuentro casual y sin premeditación estuvimos tomando un café mientras platicábamos (o platicaban) de diferentes asuntos, pero sobre todo ellas se pusieron al día acerca de sus vidas. Así es mi visión de México, lugar donde encuentras a gente que no ves desde hace años, y si no me creen, ya lo mostraré en el próximo post. Después de visitar la Ciudad Universitaria fuimos a la Plaza de las Tres Culturas, donde existen restos de la cultura de Tenochtitlan (México pre-hispánico), de la cultura Española y de la cultura Moderna de México, como se puede apreciar en la siguiente instantánea sabiamente tomada.

Ruinas prehispánicas, la Catedral católica de Santiago y un edificio moderno. Lo suyo hubiera sido mostrar la Torre de Tlatelolco, pero no se podía mover de lugar para la foto.


Uno de los numerosos motivos de las ruinas de pirámides. En este caso un conejo.


También estuvimos viendo el edificio del Palacio de Bellas Artes, donde poco después yo había quedado con Erica, una de las chicas que me iban a recoger en el aeropuerto y que al final no pudo. Además de ver a Erica también pude conocer a su marido, ¡cómo se hacen mayores algunas!, y disfrutar de una amena plática con ambos acompañada de una refrescante cervecita.

Fachada del Palacio de Bellas Artes.

Y tras esta primera intensa etapa de mi viaje, durante la cual pude convivir con Paola y conocer las zonas más importantes del DF gracias a su compañía y dedicación, durante la cual me encontré con Félix, Erica y los respectivos maridos de ambos, durante la cual tuve la ocasión de conocer a la mamá de Paola y ella la de conocerme (Paola le habia hablado mucho, y espero que bien, de mí), tocaba proseguir mi viaje por otros parajes. Mi próximo objetivo era encontrarme con Ignacio, conocido mundialmente por su blog, www.ignacioizquierdo.com, y una persona a la cual curiosamente no veía desde antes de que me hubiera ido de estancia a México, es decir, más de 3 años. Para ello tenía que encontrarme con él en Guanajuato, y para aprovechar el día, tomé el autobús de medianoche que me dejaría en dicha ciudad a las 4 y media de la mañana. Y efectivamente me dejó a esa hora, tras 4 horas durmiendo en el autobús yo seguí con sueño, pero ningún hospedaje iba a estar abierto a esas horas, por lo que dormité como pude en la estación. Y justo cuando comenzaba a amanecer...

to be continued...

6 comentarios:

Santi dijo...

Sigue sigue!! Yo quiero que llegues ya al día del bicentenario!

José Francisco dijo...

Aún queda para el bicentenario. Hoy espero acabar los dos días que pasé con tu hermano. Después viene otra entrada con mis días por Manzanillo. Y después de ésta el bicentenario y luego mi regreso a España. Espero hacerlo todo esta semana, pero no prometo nada.

rodrigo dijo...

ya estamos babeando a la espera de proseguir la lectura.

Emilia Silva dijo...

Tu blog está excelente, me encantaría enlazarte en mis sitios webs. Por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiar ambos con mas visitas.

me respondes a munekitacat@gmail.com

besos

Catherine

León de Papel dijo...

Hola de nuevo.
Me gustaron tus entradas y seguí leyéndolas.
Yo suelo pasar diariamente cerca de las trajineras y estoy estudiando en Ciudad Universitaria la carrera de Lengua y Literaturas Hispánicas.

:D

Monica dijo...

Yo voy a estar yendo a mexico unos dias, a uno de los hoteles baratos en monterrey. Es muy lejos de ese lugar Xochimilco?? Porque quisiera ir a conocerlo!