viernes, 27 de marzo de 2009

Día anómalo, pero genial.

Estuve hablando con Alejandra M.M., de apenas año y medio de edad, pero que hablaba como si tuviera 6 o 7. Yo le enseñaba a montar en patinete. Tras esto fui a la nueva casa de mis padres, y para acceder a ésta tuve que pasar por el salón de una señora de donde unas escaleras extrañas, que se retorcían, se hacían estrechas y no sé que excentricidades más. Pero justo cuando estaba pasando por dichas escaleras empezaron a temblar... y sonó el despertador!!!.


Son las 7:30 de la mañana, de un viernes, 27 de febrero. Mis planes de hoy son simples, ir a muestrear a un pequeño islote del Río San Pedro, procesar la biomasa muestreada (todo esto ya lo explicaré en la saga "Mi Tesis de Máster"), comer, descansar, y hacer un examen a eso de las 16:30.
Tras un breve desayuno y viaje en bus llego a la facultad. Ya estamos todos los componentes de la expedición, bueno, todos menos el jefe o profesor, así que toca esperar pacientemente. Para amenizar la espera hablamos de lo que nos espera, a las 10 la marea empieza a subir, y debemos procurar hacer 6 u 8 muestreos (agujeros en el fango para extraer todos los bichos y plantas que haya en el medio), lavar bien las muestras de fango para facilitar su posterior procesamiento en el laboratorio, y plantar 5000 palitos con un trozo de tubo de goma. Ésto último, lo de los palitos, se denomina "poner mimics", y consiste en elaborar una pradera artificial de angiospermas (plantas) para observar cómo influye en, por ejemplo, la erosión y sedimentación. En principio tenemos que poner 6 praderas de unas 800 "plantas" cada una.
Tras exponer todo esto, y también comentar los posibles peligros de una subida de marea que nos deje aislados, llega el profesor, Fernando, y bajamos el material al coche. Pero surge un pequeño problema, somos 6 personas y en el coche sólo caben 5. Tenemos 2 opciones, dar 2 viajes o... ir subidos en la lancha que hay en el remolque. Así que Juanjo (un alumno colaborador, mi compañero de faenas en este muestreo) y yo nos subimos felizmente en la lancha, y de esta guisa es cómo pasamos por delante de la cafetería para ir a la parte trasera del campus, donde está la zona de partida.
Una vez con el bote en el agua, cargadito con todo el material, surge el mismo dilema de si ir todos o hacer 2 viajes, pero el patrón del barco nos invita a ir todos de una vez. Así que hay vamos, 6 personas y 5000 mimics en una lancha por el río a alta velocidad. En apenas 5 minutos llegamos a la zona de muestreo. Alguien me dijo que es una zona arenosa, muy fácil de trabajar, pero me mintió, es una zona fangosa en la cual la única forma de poder desplazarte con cierta soltura es de rodillas. Pero cuando te cansas de ir de rodillas acabas a cuatro patas. Y cuando vas a cuatro patas pues te ensucias, y no precisamente poco.
Todo la zona removida que se ve la hice yo con ayuda de Juanjo.

Después de un breve periodo de adaptación al medio, nos dispusimos a trabajar. Por un lado Vanessa, Bárbara, Sergio y Fernando se pondrán a colocar los mimics; mientras Juanjo y yo tomaremos las muestras. La toma de muestras es dura, muy dura, los brazos se hunden hasta los codos o más, a parte de ir a cuatro patas también tenemos que acarrear con una pequeña pala y bolsas de malla, y la pala se puede clavar con facilidad entera, pero no hace falta tanto. Otra dificultad añadida es que al intentar sacar un mazacote de fango con la pala hace efecto ventosa y cuesta un cojón, además de desmoronarse y tener que recurrir a coger pegotones con las manos y echarlos en la bolsa. La verdad, me dan ganas de estrujarle un par de bolas de barro en la cara a Juanjo, y le informo de dichos pensamientos, pero soy bueno y no lo hago. Mientras nosotros trabajamos duramente, totalmente pringados de barro, el resto de la expedición están sentaditos y poniendo mimics como los chinos hacen con sus cultivos de arroz. Aprovechan para dedicarse a darle a la sin hueso. Nos preguntan qué tal nos va, y nosotros tras unas quejas y resoplidos respondemos que bien, aunque sería mejor si hubiera un par de féminas (o más) en bikini peleando, pero eso no lo cubre la facultad. También aprovecho para preguntar a mi profe si Telepizza nos puede traer las pizzas allí (un islote de fango en medio de un río), y me dice que sí, pero en la otra orilla, al otro lado del río. Y eso, entre risas y más risas, y tras descubrir que meter la mano en la parte de profunda del fango es placentero (hay momentos en los que ya las metíamos por placer y no por sacar fango) Juanjo y yo vamos a ayudar al resto a terminar el trabajo.
La verdad que moverse de una lado para otro es difícil, y más para los que tenemos cuerpos voluminosos. Mi profesor no puede parar de reir al verme desplazarme, y aprovecha la ocasión para hacerme fotos, a mí y a todos los presentes (sólo pongo la mía por motivos de privacidad).Ya llego, ¡¡¡ya llego!!!

Ayudo a Fernando con su pradera de mimics, en la cual se nota cuales mimics he puesto yo (de color marrón fango) y cuales ha puesto él (impoluta) y así me lo hace saber, ja ja. Y con esto finalizamos el trabajo, mucho antes de lo esperado, pero bien hecho. Volvemos a la lancha, no sin cierta dificultad, y tras una limpieza en el río nos subimos y retornamos a la universidad, a toda velocidad. Fernando, mi director de tesis, aprovecha para hacer fotos, y el muy... no me informa de que tengo la cara llena de pegotones de barro, y tiempo después me mostrará la foto entre carcajadas.

Tras retornar donde dejamos el coche, unos hombres nos piden ayuda para sacar su barca del agua, pero se aprovechan de Juanjo y mi persona y sí, la sacamos y también la llevamos muy arriba en la orilla, a donde a los señoritos les parece correcto (el cansancio ya era alto).
Regresamos a la facultad, otra vez subidos en la lancha, y lavamos y colocamos el equipo. Tras un desayuno-almuerzo (son la una) separamos la biomasa, esta vez algo fácil que nos lleva no más de 40 minutos.
Después ya el sueño me apodera de mí, y tras conversar un poco en la cafetería con gente de clase me dispongo a ir al césped a echarme un ratillo, que luego hay examen. Una hora después me vienen a buscar, y tras un ratillo de chachara y de decir tonterías, nos vamos al examen. Yo informo que no le doy más de una hora, y así es, en apenas 50 minutos yo ya estoy fuera, tras resoplar en ciertas preguntas, pero con la esperanza de aprobar. Tras esperar en vano a que saliera más gente sale Daniel, y decido irme a casa a descansar, porque realmente estoy que me caigo.

Ya entrada la noche recibo visita, he invitado a los más allegados de clase a tomar pizzas en casa, y así es, hago las pizzas, nos las comemos, charlamos, nos reímos, echamos unos pros (Pro Evolution Soccer 2009), unos guitarreos, hacemos más pizza... vamos, que se pasa amena y divertida al noche. Por cierto, durante la noche conozco a una amiga de Helena que dice y asegura que nos conocemos de otro sitio, posiblemente Alcalá de Henares; es algo raro, la chica superconvencida y rayada en que nos conocíamos de algo, pero tras sondear dónde o cuándo o porqué, al final llega a la conclusión de que a lo mejor soy una amigo imaginario o algo así (ya decía Helena que estaba un poco loca, ja ja). Tras esta agradable noche la gente se marchó, yo recojo un poco (muy poco) la casa y a dormir, que el día a sido muy agetreado.

4 comentarios:

Ignacio dijo...

Siendo como sois, me extraña que acabarais tan limpitos después de pasar un día rebozándoos en el barro. Donde quedaron las croquetas?

Ignacio dijo...

Siendo como sois, me extraña que acabarais tan limpitos después de pasar un día rebozándoos en el barro. Donde quedaron las croquetas?

Santi dijo...

Yo quiero sumergirme en el fangooo!!!

José Francisco dijo...

Os informo, que para la próxima vez (que la habrá) ya tengo lista de espera.
Yo tengo intención de ir en bañador o tanga, depende del calor que haga.

Saludos para los Izquierdo Brothers.