ALFREDO.

Siendo consciente de que me dejo un par de cosillas en el tintero (una estupenda comida con el Máster y un día de buceo, lo cual comentaré dentro de no mucho) voy a escribir acerca de este curioso ser: ALFREDO.
Ayer tuve el honor de conocer a Alfredo, y creo que es interesante contar algo sobre su vida. Alfredo es un ser con un ciclo vital extraño y muy complejo. Nació hace 9 años, seguramente un sábado, entorno al 23 de junio, en Torrejón de Ardoz, en la famosa "Prade" del velódromo. Alfredo nació no con un pan bajo el brazo (porque no tiene brazos), sino con fruta, gaseosa, vino y algo más (unos 90 litros). Tras unas cuantas horas de existencia, Alfredo iba perdiendo su sangre (o sangría), se venía a menos, pero la gente de su alrededor se venía a más. Así es como Alfredo murió, o, mejor dicho, quedo en estado de latencia (esto es un comentario muy de biólogos, lo siento). Pues según me dijeron ayer, Alfredo cumplía su noveno año, su ciclo de vida consiste en vivir una noche al año, pero en esa noche reparte alegría y felicidad por doquier, y parece ser que cada año tiene más amigos, e incluso algún clon. Alfredo también tiene poderes, es capaz de hacer parar a todos lo coches de la carretera, para que te toquen el claxon, pongan los limpias, las largas, e incluso para hacer cambiar de piloto o poner Radio Olé. En ocasiones también ha atraído a las fuerzas del orden, y me contaron que un año éstas le desangraron, pobre Alfredo.
Y... creo que lo voy a dejar así, sólo comentar que este año Alfredo, con su carro del Carrefour, estuvo acompañado por más de 70 personas, fue capaz de proporcionar casi 300 litros de alegría, y llegó sano y salvo al recinto ferial. Lo malo, que como todos los años, murió. Un minuto de silencio por Alfredo.

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¡¡¡Nos veremos otro año!!!


PD: Alfredo, te seré infiel, y beberé de otros, lo siento.