Visitado, de concierto, buceando y en las playas.

Creo que para los títulos soy un poco... raro, pero así es la cosa. Os comento que tras un jueves estudiando a más no poder, incluso preocupándome por si me iba a dar tiempo o no, vino mi esperada visita: Pablo y Bea, dispuestos a disfrutar al máximo del mar que nos rodea. (INCISO: como al final mañana no tengo que ir a muestrear, creo que tendré tiempo suficiente para estudiar). Mis inquilinos llegaron el jueves a la noche, y tras un agradable paseo por el centro, visitando los lugares más emblemáticos (desde mi punto de vista) de Cádiz, nos fuimos en busca del pescaito frito que tanto ansiaban. Acabamos en Casa Pepe, un bar nuevo para mí, en el que disfrutamos de buenísimos manjares y de un rato de chachara con el camarero e incluso algún consumidor (raro de ver de Despeñaperros pa' rriba). Luego ya nos fuimos a casa, a intentar dormir, y ocurrió que el otro inquilino de mi casa (EOIDMC) estaba en el salón ajeno a las indirectas que le lanzaba (y no precisamente para ligar, como muchas pensaréis, ¡Malvadas!). Quiero decir, que si sabiendo que el sofá es sofá-cama le preguntas a EOIDMC que si el sofá es sofá-cama, ¿no le estás indicando que hay gente que quiere dormir en el sofá-cama?. Ni siquiera el poner unas sábanas en el sofá-cama (en modo cama) fue tomado como un indicativo de que alguien quería domir. Menos mal que no sé si acabó la Isla de los Famosos o pusieron anuncios y se fue.

Al día siguiente, tocó playa por la mañana, playa de La Caleta, para mí la más emblemática de Cádiz, y si nos ponemos quisquillosos, la única de Cádiz (las demás están en la zona de beduinos). Yo aproveché el baño y la circunstancia para echarme un pegaito en mi toalla (dormir). También aproveché para estrenar el regalo que mi madre me ha mandado vía Bea por mi cumpleaños:

El tamiz no es muy bueno, pero me entretiene.


Pablo, antes de quemarse a cachos.

Tras el baño en la playa, nos fuimos a comer a mi bar preferido, el Bar Orozco, donde a parte de poner unos calamares, puntillitas, pulpo de la Caleta y chanquetes espectacularmente ricos, siempre acabas riéndote con el camarero y sus clientes habituales. Luego fuimos a dar una vueltecita, pero el viento (y poco después la lluvia) nos impidió disfrutar de playa por la tarde, pero disfrutamos de paseo.

¡¡¡Que se nos vuela esta shiquilla!!!

¡¡¡VIVA EL TRABAJO!!!

Después de un día de playa, teníamos un evento importante al que asisitir: Alberto tocaba con su grupo. Antes de ir, yo había convocado a mis compañeros y amigos del Máster (y allegados) para degustar la paletilla ibérica con la que me obsequiaron en mi cumpleaños, así como los 2 quesos que llegaron con Bea y Pablo enviados por mi padre, experto en quesos y en vino (sobretodo en beber vino). Aunque convoqué a mucha gente, la afluencia no fue la esperada, pero... TOCAMOS A MÁS!!! Bea, Pablo, Helena, Eddie y yo nos hichamos a quesoS y paletilla, acompañados con sangría. De hecho, incluso le preparé un bocadillo a Alberto, que no sé si a día de hoy habrá devorado, aunque supongo que sí porque lo hice con mucho amor y estaba riquísimo sí o sí. Luego fuimos al concierto, en MI coche, el coche que Helena me dejó para ir a Tarifa al día siguiente, a cambio yo cuidé de Ikatz durante estos días para que ella pudiera trabajar a gusto (cjjjr cjhtr Arte Serrano cjr!!).
El concierto... GENIAL, yo me lo pasé en grande, muy bien acompañado, y a Bea y Pablo les gustó (menos mal) y creo que también se lo pasaron bien. He decir que en el concierto también estuvo Carlost, Elena, Daniel y Mercedes, para no faltar a la verdad. Después nos fuimos para casa, que al día siguiente nos esperaba buceo y avistamiento de cetáceos (aunque se quedó en buceo y playa).

"La Mala Mujer", agitando a todo el personal de la Sala ¿Budstock?

Yo de ocio mientras Alberto toca (y muy bien).

El sábado, día del mar, fuimos para Tarifa, y tras constatar que la empresa de avistamiento de cetáceos con la cual íbamos a salir no iba a realizar salidas por mal tiempo, decidimos pasar nuestro buceo de las 18:30 a las 12:30. Aunque nos llovió mientras preparábamos el equipo, mientras nos poníamos los neoprenos, aunque la mar estaba revuelta mientras íbamos en la barca, incluso aunque me mareé un poco por la gran agitación de la barca al estar parado, a pesar de todo esto (contratiempos según algunos, detalles sin importancia en mi opinión) la inmersión fue DE LUJO!!!. Con más de 15 metros de visibilidad y ausencia de corriente, no se podía pedir más. Además, yo me lo tomé todo con mucha calma (las 2 últimas inmersiones tuve problemas por respirar mucho y agotar la botella rápidamente), descendí tranquilamente (para mí, momento en que lo suelo pasar peor), compensé adecuadamente, cogí mi cámara, y A BUCEAR!!!. Afortunadamente, pude hacer algunas fotos, y moverme a mis anchas por doquier, y cuando quise mirar, con algo de miedo, mis reservas me dí cuenta que apenas había consumido aire, lo cual me alegró sobremanera. Pues qué más decir, para mí la mejor inmersión que he realizado en aguas españolas, e incluso me ha dado ánimos para ir más veces y me ha quitado el complejo o miedo de durar poco bajo el agua por consumir mucho aire. En definitiva, estoy contentísimo con esta inmersión, en la que vimos peces, morenas, pulpos, pepinos de mar, algún nudibranquio, erizos... y todos nos lo pasamos en grande. Os dejo las mejores fotos que hice:

Bea y Pablo, disfrutando de lo lindo.

Pez mimetizado (no me atrevo a decir pez piedra, por no errar).

Pulpo.

Luego de bucear, fuimos a comer y como el tiempo (iba a añadir un comentario FRIKI acerca de la definición del tiempo según los apuntes de mi último examen, pero no lo encuentro y prefiero no ser NERD) mejoró, decidimos ir a la playa de Bolonia (recomendada por Eddie la noche anterior). Tras un baño y una siesta interrumpida por Bea, decidimos vistar las ruinas romanas de BaeloClaudia, pero como no dimos con la entrada nos fuimos a subir la duna más grande de Europa (según Eddie). El ascenso fue más fácil de lo esperado y las vistas impresionantes, de esas con las que te puedes sentar y meditar durante horas y horas.

En Tarifa, recién comidos.

Antes de subir a la duna.

Subiendo la duna (o poco antes de subir).

En lo alto de la duna (bueno, realmente no, es durante la subida).

Y ya, resumiendo, fuimos a casa, paseamos un rato a Ikatz, fuimos a cenar en una terraza, nos encontramos con Alberto, luego con Chus y Juanma, y llegamos a casa para dormir como un tronco.
A la mañana siguiente, tras ingerir churros a más no poder, nos fuimos a la playa de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María, donde nos dimos un baño, algún paseo con Ikatz y tomamos mucho sol. Después fuimos a recoger a Helena al trabajo, comimos, volvimos a Cádiz y cada uno se fue para su casa (incluso Bea y Pablo, que marcharon en el tren y yo me he quedado solito, escribiendo esto).

Pues eso es todo hasta hoy, ahora no sé si haré las dichosas discusiones que me amargaron el día hace poco, o estudiaré un poco para el examen del miércoles. Espero que disfruten del relato, que Bea y Pablo lleguen bien a los madriles, que hayan disfrutado de su viaje por tierras gaditanas y de mi compañía. Les agradezco mucho su visita, y tanto a ellos como a todos ya sabéis donde tenéis una casa, una cama y un amigo.

¿Viene alguien?